Para responder a ésta interesante pregunta, necesitamos revisar lo que dicen algunos expertos acerca de ambos puntos de vista:
Por una parte, de quienes consideran que la publicidad subliminal es un mito, como O'Guinn, Allen y Semenik, quienes afirman que nadie ha vendido nada con imágenes de senos en cubos de hielo o la palabra sexo en el trasfondo de un anuncio, y que además, ninguna persona de una agencia publicitaria, salvo quienes están muy aburridos o anhelan la jubilación, tiene tiempo de sentarse a idear éstas cosas [1]. Además, consideran que aunque es cierto que existen ciertas pruebas en relación con algunos tipos de procesamiento inconsciente de anuncios, éstos son derivados de la repetición y la facilidad de recordarlos, no de la enunciación de fórmulas de encantamiento que ha convertido a la publicidad en mitología [1].
Por otra parte, están quienes consideran que la publicidad subliminal es una realidad que tiene alcances insospechados, como Laura Fischer y Jorge Espejo, quienes afirman que el mundo de la publicidad subliminal es cambiante pues la electrónica más moderna y el pensamiento, que es más veloz que la luz, están a su servicio [2]. Además, consideran que el objetivo de los anuncios de este tipo de publicidad, es vender mediante la atracción subliminal de la atención a necesidades reprimidas existentes a nivel subconsciente o inconsciente de la mente del individuo que percibe dicho mensaje [2].
En conclusión, y en lo personal, considero que la publicidad subliminal (especialmente aquella que utiliza estímulos relacionados con el sexo) puede tener un cierto efecto en algunas personas, en momentos y circunstancias concretos; pero, de ninguna manera con los efectos casi mágicos que algunos consideran que tiene.
Y ahora, viene una pregunta personal: ¿Qué opinas tu?
Para obtener más información, ingresar al artículo: La Publicidad Subliminal
Notas:
[1]: «Publicidad», de O'Guinn Thomas, Allen Chris, y Semenik Richard, Internacional Thomson Editores, 1999, Págs. 586, 87.
[2]: «Mercadotecnia», Tercera Edición, de Fischer Laura y Espejo Jorge, Mc Graw Hill, 2004, Pág. 351.